miércoles, 11 de julio de 2012

Mi parte de la Historia Enlazada

Que tal amigos lectores:
En esta oportunidad les traigo la continuación de un relato que estamos escribiendo en conjunto con mis compañeros de Adictos a la escritura, a la cual titule:

Cura Milagrosa

Metatron levantó el rostro y dijo:
    ¾Todo aquel que tenga el corazón tan puro, libre de culpa y lleno de inocencia como el de un niño, será  digno del privilegio de ser portador de la luz eterna.

De repente Roncel, miró a su hermano entrecerrando  los ojos y le dijo:
¾¿Recuerdas la historia de mamá? ¾acto seguido Polcar sonrió levemente como si estuviese recordando algo y ambos dijeron:

     ¾¡Los Delfines! - al mismo tiempo que levantaban los brazos.
¾Nuestra madre decía que existen unos delfines que curan sus heridas  tan solo con el roce del agua del río donde viven y cuando ya están cicatrizadas la piel que nace es muy suave pero de un tinte rosa, estos delfines se les conoce como “botos”.
Polcar levantó su dedo índice como queriendo aclarar algo más.
¾ Quizás si, el resto de nuestro amigos que tienen esas feas manchas grises, fueran a ese río y lavasen sus cuerpos como los delfines  del cuento de mamá, tal vez podrían sanarse, porque si  el Creador cuida de sus animalitos solo con agua porque no sanaría a sus hijos. 
-  Aún mas si están ayudando a buscar a sus bestias sagradas. Dijo Roncel, emocionado.

Elever, Val, Metatron y Luvriniev, sopesaban la teoría de los niños, quizás la cura más sencilla ha estado siempre frente sus ojos, igual no perderían nada en intentarlo.
Para esto los gemelos ya estaban en camino a ver a Elidi para convencerla de que les acompañe al río más cercano.
Ahí se encontraba ella, cubriéndose con las manos su rostro bañado en llanto
¾ Elidi, ya sabemos como curarte ¾ dijo Polcar mientras la abrazaba suavemente.
¾ Mis pequeños, no deberían estar aquí pues podría contagiarlos ¾
ella no quería sentirse culpable porque los pequeños terminaran también contaminados cuando ella había prometido cuidarlos a toda costa.
¾No tengas miedo Elidi,ven con nosotros estamos muy cerca del río, te prometemos que si nos acompañas ya no te molestaremos más, ¡por favor!
Elidi no pudo resistirse ante sus miradas suplicantes, así que con esfuerzo se levantó apoyándose en los hombros de los niños, que le sonrían ampliamente.
Cuando llegaron al río Polcar metió sus manos en el agua y luego la derramó suavemente en el empeine del pie izquierdo de Elidi, el cual tenía una gran mancha gris, ella cerró los ojos y se sobresaltó porque pensó que el agua estaba fría pero se sorprendió al sentirla muy refrescante  tanto que ella se internó en la piscina natural que se había formado debajo de la cascada, se sumergió por completo y después de unos segundos ya sentía íntegramente renovada.¾Polcar, Roncel ya no tengo las manchas  en mi cuerpo debemos ir pronto al campamento  para traer a los demás  a como dé lugar, ¡vamos niños corran!

El curandero se quedó impresionado al ver tan sana Elidi, no dudo ni un instante fue a ayudar a Val para llevar a Aura a la orilla del río, la recostaron y remojaron unos paños en aquella cura bendita y se la pusieron la frente para que le baje la fiebre, poco a poco la peliroja iba recuperando la conciencia.
Al mismo tiempo Val veía desaparecer esa mancha pestilente que estaba en su pulgar.
Desde una prudente distancia estaba Eric que veía como Val levantaba  en sus brazos a Aura, sintiéndose tan culpable de no ser correspondido por la mujer que siempre había amado, porque nunca se armó de valor para decirle lo que sentía por ella.
Fue entonces cuando la chica volvió su rostro hacia él para llamarle a gran voz y decirle:
¾ Hermano mío, ven Eric, Eric, el agua esta agradable ¾ corriendo le tomó del brazo y como era de suponerse, él sonrió y fue tras de ella.
Eric aspiro mucho aire y se zambulló en el agua, resignandose a que ella siempre la apreciaría como a un hermano, nada más. Al emerger a la superficie notó que habían desaparecido las manchas de su rostro y las de sus manos.
Debía ir a donde su gran amigo Kaal, compartirle de la cura milagrosa.
¾ Kaal, Kaal, ven hermano ya estoy libre de todas las manchas se cómo sanarte. ¾ pero su amigo estaba postrado en el césped con el rostro pegado al suelo llorando amargamente y continuaba culpandose de ser indigno de seguir en la batalla.
¾ Que dices amigo mío, si eres muy fuerte y acaso no te has dado cuenta cómo te mira Elidi, ella a pesar de tener un carácter tan duro siempre sonríe y se ruboriza cuando menciona tu nombre, hermano tu por ningún motivo estas solo. ¾ Eric abrazó con fuerza a su amigo le ayudó a levantarse y juntos convencieron al resto de los aldeanos a ir al río.
Laela y Flora, escucharon las risas de los gemelos que se acercaban rápidamente.
¾ Flora, Laela, solo faltan ustedes, los demás están jugando en el río, vengan el agua que sana a los delfines también cura las manchas de la epi-epi…¾ Epidemia! Roncel, ya te lo dije que se llamaba epidemia. ¾ Elever le dio un empujón juguetón en el hombro del niño.
Los gemelos rieron de nuevo y agitaron sus cabezas empapadas con la intención de salpicar a las mujeres que sonreian con ternura.
Esta bien, iremos -dijo Flora quien extendio su mano hacia su hermana ella levanto el brazo algo cansada.

Ten fe estimada Laela que no es el agua mágica ni mucho menos, es solo cuestión de creer que el dueño del universo cuida de cada uno de nosotros - Susurró el curandero en el oido de la única mujer que entendería esa frase pues ella veía con el alma.


Ahora que ya se encontraban todos sanos y confiaban los unos en los otros, estaban listos para el despertar de la siguiente bestia.

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